EL VALOR ESTÉTICO
La Ética: se ocupa de estudiar el obrar humano, la acción buena o mala, virtuosa o viciosa, el bien y el mal, la moralidad o inmoralidad de una conducta.
La Filosofía de la Religión: no se dirige a ninguna religión determinada, sino que considera la posibilidad de la existencia de un Valor supremo que origina y ordena la realidad, incluyendo al hombre y a todo lo creado: Dios. Esta disciplina comprende la fundamentación racional de la concepción de Dios -la "justicia de Dios", en el sentido de "hacer justicia a Dios": la Teodicea (zeós: dios, dike: justicia), y otros temas tales como los valores sagrados y de lo profanos. Sagrado es aquello que participa directamente de las características de lo divino (divino: de Dios). Profano es lo que sólo indirectamente tiene que ver con lo trascendente: es el ámbito de la vida cotidiana, regida por otros valores igualmente legítimos, pero de inferior dignidad: lo político, lo social, lo económico, lo útil.
Finalmente la Estética (aistesis: sentir, percibir) estudia los valores relacionados con la belleza y la fealdad. No se trata de lo que resulta subjetivamente agradable o desagradable para alguien -sobre gustos personales nada puede escribirse- sino de la posibilidad de establecer juicios objetivos de valor estético, a partir de ciertos principios generales que incluyen el orden, la proporción, el equilibrio, la armonía.
En su aplicación práctica, la Estética intenta establecer mediante distintas formas de análisis el valor o disvalor de una producción artística. No siempre lo logra, o al menos no siempre consigue alcanzar un grado elevado de consenso, pero el esfuerzo por comprender en qué consiste la belleza -mucho más importante pero a la vez mucho más inaccesible que el intento de establecer el valor objetivo de una obra determinada- bien vale la pena de ser intentado, y de hecho el ser humano lo viene haciendo desde las más remotas épocas.
Hoy cuando la ciencia y la tecnología están desarrollándose a una velocidad tan sorprendente, quien penetra ante tan maravillosos avances es el valor estético del objeto creado por el hombre al servicio de la sociedad de consumo. No podemos en ningún momento ser ajenos que sin ese elemento esencial como es la estética, no tuviéramos en nuestros hogares, parques, calles, edificios, oficinas y demás sitios de interés la estética como elemento primordial de su belleza
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